Esta historia nos sitúa en el Estado de Campeche y nos cuenta sobre la desdichada muerte que padeció Juan, un esclavo negro, que al percatarse de las anomalías y malos negocios en que estaba metido su patrón, fue condenado cruelmente; lo que derivo a que su alma vagara y lo comenzaran a llamar El Fantasma del Esclavo.
El Fantasma del Esclavo
Juan era un esclavo negro, proveniente de otro continente para ser vendido como criado a un español que se dedicaba al comercio del cacao y que habitaba la casa que hoy se conoce como el Edificio Cuauhtémoc. El sirviente no tenia ninguna diversión ya que trabajaba día y noche y solo contaba con pocas horas de descanso. Era tratado peor que un perro pues había días en que su patrón lo castigaba sin dejarle comer.
El esclavo además de recolectar el cacao se dedicaba a otras actividades que requerían la fuerza bruta, por lo que el amo siempre le ordenaba que cargara pequeñas bolsas que pesaban demasiado y tenía que trasladarlos desde la puerta de la propiedad hasta los sótanos.
Una noche el amo ordenó a Juan que se fuera a descansar; sin embargo, el esclavo lleno de curiosidad espió al español mientras conversaba con unos hombres que esperaban en la puerta. Ahí Juan descubrió que lo que cargaba todas las noches eran sacos de oro, pues el comercio del cacao solo era una fachada que usaba el español para cubrir su verdadera actividad, el contrabando.
No obstante, un descuido del esclavo provocó que su amo se percatara de su presencia y encolerizado el supuesto comerciante ordenó a su sirviente que lo esperara en el sótano. Juan muy temeroso se dirigió al sitio indicado y ahí fue azotado cruelmente; después encadenado y encerrado en las habitaciones subterráneas.
Jamás se volvió a ver a Juan por la casa y el resto de la servidumbre se preguntaba por el paradero de él. Nadie sabia algo, sin embargo en la casa se escuchaban gritos desesperados y ruidos de cadenas pero ninguno de los sirvientes se atrevía a preguntarle a su patrón sobre lo que sucedía.
Cuentan que el amo llevaba todas las noches comida y agua al esclavo, quien luego de varias semanas se acostumbró al encierro. Meses después el español fue asesinado por un par de hombres que también se dedicaban al contrabando; por lo que días después Juan murió de hambre al no recibir alimentos ni agua.
Su cuerpo nunca fue encontrado, pero se rumora que aun en estos días se escuchan en el edificio lamentos, gritos y el sonido de unas cadenas que se van arrastrando, por lo que la gente lo ha llamado El Fantasma del Esclavo.
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