En Tula de Allende, Hidalgo, es posible escuchar la historia de la Monja Fantasma, la cual según algunas personas cuentan, es posible aun verla merodear por los pasillos y jardines de la majestuosa e imponente Catedral de San José, iglesia que, durante la época de la Colonia, fue un convento dirigido por la orden de los franciscanos.
Origen de la Leyenda de la Monja Fantasma
Nuestra historia de la Monja Fantasma comienza con Inés, una hermosa joven de cabello negro azabache quien era la única hija de uno de los hacendados más importantes e influyentes de Tula.
Ella siempre estuvo rodeada de riquezas y mimos por parte de sus sirvientes; sin embargo, creció sin el amor de su madre, ya que pereció cuando Inés era una bebé mientras que su padre se la pasaba todo el tiempo trabajando, por lo que era muy complicado establecer con él una relación cercana.
A pesar de su rigidez y falta de sensibilidad, el padre de Inés la adoraba como su más preciado tesoro, por lo que siempre procuro lo mejor para ella y como prueba de ello, decidió buscarle un buen partido como marido entre su círculo de amistades.
Sin embargo, el tierno y puro corazón de la joven se había entregado a Miguel, uno de los trabajadores de la hacienda de su padre. El joven provenía de una familia humilde pero trabajadora.
Él adoraba con toda su alma a Inés y todos los días laboraba con demasiado ahínco para obtener fortuna y así poder pedir la mano de la joven al hacendado.
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El amor de Inés y Miguel crecía con el paso de los meses a pesar de ser un romance a escondidas, pues ambos sabían que, si alguien los descubría, el padre se empeñaría con todas sus fuerzas para alejarlos.
Era sabido por todos en la casona que el hacendado estaba en busca de un hombre acaudalado y poderoso para su hija, por lo que nunca permitiría que se casase con un hombre de clase inferior a la suya.
Una mañana, mientras el hacendado hacia su recorrido de costumbre para supervisar el trabajo en el campo, observo a lo lejos la silueta de una joven, a la cual inmediatamente reconoció y decidió seguir para ver a donde se dirigía, pues se le hacia bastante extraño que anduviera por ese sitio sin compañía.
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